Un
punto importante en nuestra elección de componentes para nuestra
bicicleta suele ser el tema de los pedales y zapatillas. Normalmente,
si eres neófito en esto, ves que la gente va con los llamados
pedales automáticos, en definitiva, van sujetos al pedal y en caso
de emergencia, te ves atrapado en los pedales y sin rápida respuesta
para quitártelos. No te preocupes, todo el mundo hemos pasado por
ese trago, y no es más que dos días de experiencia aprendiendo a
quitarlo y ponerlos para darnos cuenta que no es peligroso.
Y
es que, los beneficios de los pedales automáticos son múltiples
respecto a un pedal plano normal y corriente que podemos usar con
nuestras zapatillas de correr. La transferencia de la fuerza es
instantánea y no tiene pérdidas ya que la suela es muy dura y se
hace la fuerza en el punto exacto del pedal. Además la eficiencia en
el pedaleo es mayor, ya que se puede hacer el llamado pedaleo
redondo, que es pedalear tanto en la fase ascendente como en la
descendente del pedaleo. Por último, el hecho de llegar pegada la
bici a los pedales nos puede sacar de algún apuro en algún bache o
bordillo gracias a que la bici se puede impulsar hacia arriba
pudiendo salvar ese obstáculo.
Una
vez que estamos decididos en ponernos pedales automáticos, vemos que
en el mercado existen diferentes tipos de pedales: Shimano, Look,
Time, Speedplay... Menudo lío, ¿en que se diferencian? Al final es
cuestión de gustos. Todos los pedales permiten, según las calas
elegidas el encontrar una posición fija de la zapatilla en el pedal
o tener un pequeño ángulo de rotación del talón antes de
desengancharse. El único de todos que no permite una posición fija
100% es el Time.
Para
un uso que no sea profesional (es decir, nuestro caso) es preferible
tener un sistema que te permita un poco de rotación, ya que si lo
llevas fijo y no está permanentemente controlado por un biomecánico
puede ser que a las rodillas les pase factura.
Los
equipos profesionales utilizan indistintamente los cuatro tipos de
pedal, ya que hemos visto a Indurain llevar Time, a Valverde Look, a
Froome Shimano, y a Contador tanto Look como Speedplay.
Una
vez elegidos los pedales, pasamos a elegir la zapatilla en la que
insertaremos la cala de estos pedales. En el caso de las zapatillas
tenemos igualmente muchas marcas para elegir, Spiuk, Specialized,
Sidi, Gaerne, John Luck, Giro, Vittoria, Mavic, Northwave,
Shimano..... la lista es casi interminable, y en todas estas marcas
encontraremos infinidad de modelos según tengan unas características
u otras.
¿En
que tenemos que fijarnos para elegir las zapatillas? Ya que podemos
elegir modelos desde aproximadamente 60 a 300 euros. Normalmente los
modelos más baratos suelen ser los mejores para personas que
empiezan, ya que ofrecen tiras de velcro para el ajuste de la
zapatilla, la suela es del llamado plástico duro y los materiales
empleados cumplen su función perfectamente para un uso ocasional y
esporádico de la bici. Si nuestra intención ya es un entrenamiento
más programado e intensivo en cantidad y calidad, tendremos que
empezar a mirar opciones más caras que nos ofrecerán una zapatilla
más ligera, con suela de fibra de carbono (con su ligereza y rigidez
extra), ajustes milimétricos en lugar de velcros y unos mejores
materiales que mejorarán la transpiración del pie.
Todos
estos extras son más o menos prescindibles en función del grado de
exclusividad que queramos, pero lo que es muy importante es elegir
nuestra talla exacta de zapatilla y con una horma que nos haga ir muy
cómodos, ya que nos evitará molestias cuando hagamos muchas horas
encima de la bici.
Con
todo esto ya estaremos preparados para empezar nuestras salidas con
la bici en perfectas condiciones. Ya que esta review no ha sido
exhaustiva, os animo que cualquier duda la comentéis.